Revelar lugares imperceptibles, combinar los espacios en la misma porción de tiempo, se convierte en un juego. La fotografía no trata de representar la realidad sin más, sino la posible. No vemos una representación de las diversas secuencias urbanas, pero sí la transición entre estos espacios, el paso de un lugar a otro uno. Podemos mirar el estado del viajero, y la manera que tiene la ciudad de existir a través del viaje, a través de nuestro movimiento en la calle.
Así define el fotógrafo y arquitecto francés Jérémie Dru su visión de lo que es para él la fotografía. Dru ve patrones ocultos en su entorno cotidiano y es capaz de captar los momentos más extraños y fascinantes de la arquitectura y la naturaleza con su cámara, utilizando la doble exposición y otros métodos analógicos para crear efectos surrealistas.