Miriam Blaylock colecciona no sólo arte del Renacimiento y colgantes del Antiguo Egipto sino, sobre todo, amantes y almas. Moderna y elegante, Miriam es una vampiro atemporal residente en Manhattan, una mujer bendecida con la belleza y maldecida con su sed de sangre.
A nivel formal, la fotografía es especialmente hermosa, como también lo son los decorados y la música empleada. Es importante considerar la caracterización que ofrece esta historia del vampiro como una criatura exquisita, sofisticada y elegante, que escuchan música clásica y con un gusto muy especial por la arquitectura y la decoración. En ese sentido, la historia hace una interesante reflexión sobre la importancia del aspecto externo dentro del contexto de la historia. Los vampiros de esta película quieren vivir bellos y jóvenes para siempre, en un hedonismo atemporal y complaciente. Esa belleza externa no está exenta de vacío. El lugar donde viven Miriam y John es a buen seguro un sitio precioso para vivir, pero también un lugar vacío y amargo, para nada cálido. La belleza de los decorados es una belleza irreal, frágil, como la belleza artificial de los amantes de Miriam, que acaban por encontrarse con la verdadera realidad al cabo de un tiempo. John, al igual que el resto de los amantes de Miriam, fue capaz de esquivar al tiempo durante un período muy largo de años, pero esa juventud no era más que una ilusión, y como tal es efímera.
Al cabo de unos siglos, inesperadamente, John empieza a envejecer, y lo hace aceleradamente. La muerte está cobrándose el precio de su engaño. Su espíritu no envejece, pero sí su cuerpo. Aunque en el interior haya vida, el cuerpo se pudre y se marchita, y ya no es de utilidad para Miriam. El ático en donde la vampira deposita los cuerpos de sus amantes posee una cualidad feérica, onírica, de ensueño, con una tenue luz lánguida, pálida, tan muerta como los cuerpos contenidos en los ataúdes. Los vampiros de El Ansia intentan detener el tiempo y vivir para siempre en un estado de eterno regodeamiento en los placeres mundanos, tanto sexuales como espirituales (por ejemplo su afición por la música). Por todo ello, esta película consigue en todo momento reflejar esa vida irreal, atemporal, de los vampiros, sin olvidar en absoluto una trama trágica y conmovedora que está sustentada en las relaciones establecidas entre los personajes de la historia.